capítulo 15 – la poesía que enumera



 hay un encadenamiento extraordinario y alucinante cuando en la poesía (aunque no solo en la poesía)

se generan como en paralelo secuencias que son, por un lado

rítmicas, sonoras

y por otro de ramificaciones de significados, relaciones

ocurrentes maneras de agrupar las cosas del mundo, de las acciones, de las sensaciones y de diversas infinitudes

podemos observar musicalidad y significados en el siguiente soneto de Lope de Vega

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.

 

la enumeración como veremos luego puede ser llana, ir de menos a más o viceversa, intensificar lo que se quiere decir como en el conocido texto de la Biblia:

 

Todo tiene su tiempo

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz. 

hace unos años en el taller comparaba con la canción de Marolio el poema de Borges, Los justos:

 

Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

enumerar, acumular, hacer como listados que atrapan un poquito de lo infinito del universo, genera además de ese recorte un cierta música, la fluidez de ir “bajando” entre los elementos

tomando mano de posibilidades como nexos como la y o sencilla puntuación

 

y la ceguera, que es penumbra y cárcel,

y la vejez, aurora de la muerte,

y la fama, que no merece nadie, [...]

y unas monedas y un reloj de arena

y que una tarde, igual a tantas otras,

se resigna a estos versos.

 

Borges

 

 

circula una clasificación, arbitraria como decimos siempre, pero que no orienta  en los diversos sentidos que puede tener la enumeración, tanto en la poesía como en otros usos del lenguaje en la vida:

·                    Enumeración ascendente o clímax: por la que los elementos se ordenan de menor a mayor según importancia o desde abajo hacia arriba según su posición espacial.

·                    Enumeración descendente o anticlímax: por la que los elementos se ordenan de mayor a menor según su importancia o de arriba abajo según su posición espacial. (En ocasiones consideran estas dos primeras enumeraciones de la misma clase)

·                    Enumeración simple: por la cual se disponen de manera continuada todo tipo de conceptos o características comunes.

·                    Enumeración caótica: por la que los elementos se disponen sin orden ni concierto ni con una relación clara.

 

En la situación de poesía será más comúnmente la llamada enumeración caótica:

 

Whitman, inspirándose en la  Biblia , es el primer poeta moderno en usar

este procedimiento. Según Spitzer, “el vigoroso asíndeton” empleado por

Whitman “acerca violentamente unas a otras las cosas más dispares, lo más

exótico y lo más familiar, lo gigantesco y lo minúsculo, la naturaleza y los

productos de la civilización humana como un niño que estuviera hojeando

el catálogo de una gran tienda”

 

 

Más ejemplos de Borges:

en “El idioma analítico de John Wilkins”, en Otras inquisiciones (1952), a propósito de

[...] cierta enciclopedia china que se titula Emporio celestial de conocimientos

benévolos

 

. En sus remotas páginas está escrito que los animales se dividen

en (a) pertenecientes al Emperador, (b) embalsamados, (c) amaestrados, (d)

lechones, (e) sirenas, (f ) fabulosos, (g) perros sueltos, (h) incluidos en esta

clasificación, (i) que se agitan como locos, (j) innumerables, (k) dibujados

con un pincel finísimo de pelo de camello, (1) etcétera, (m) que acaban

de romper el jarrón, (n) que de lejos parecen moscas. (Borges 2009: 104)

 

y el memorable fragmento de el cuento El aleph:

 

Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto (era Londres), vi interminables ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos los espejos del planeta y ninguno me reflejó, vi en un traspatio de la calle Soler las mismas baldosas que hace treinta años vi en el zaguán de una casa en Fray Bentos, vi racimos, nieve, tabaco, vetas de metal, vapor de agua, vi convexos desiertos ecuatoriales y cada uno de sus granos de arena, vi en Inverness a una mujer que no olvidaré, vi la violenta cabellera, el altivo cuerpo, vi un cáncer en el pecho, vi un círculo de tierra seca en una vereda, donde antes hubo un árbol, vi una quinta de Adrogué, un ejemplar de la primera versión inglesa de Plinio, la de Philemon Holland, vi a un tiempo cada letra de cada página (de chico, yo solía maravillarme de que las letras de un volumen cerrado no se mezclaran y perdieran en el decurso de la noche), vi la noche y el día contemporáneo, vi un poniente en Querétaro que parecía reflejar el color de una rosa en Bengala, vi mi dormitorio sin nadie, vi en un gabinete de Alkmaar un globo terráqueo entre dos espejos que lo multiplican sin fin, vi caballos de crin arremolinada, en una playa del Mar Caspio en el alba, vi la delicada osatura de una mano, vi a los sobrevivientes de una batalla, enviando tarjetas postales, vi en un escaparate de Mirzapur una baraja española, vi las sombras oblicuas de unos helechos en el suelo de un invernáculo, vi tigres, émbolos, bisontes, marejadas y ejércitos, vi todas las hormigas que hay en la tierra, vi un astrolabio persa, vi en un cajón del escritorio (y la letra me hizo temblar) cartas obscenas, increíbles, precisas, que Beatriz había dirigido a Carlos Argentino, vi un adorado monumento en la Chacarita, vi la reliquia atroz de lo que deliciosamente había sido Beatriz Viterbo, vi la circulación de mi oscura sangre, vi el engranaje del amor y la modificación de la muerte, vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, y en la tierra otra vez el Aleph y en el Aleph la tierra, vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo.







 

Una gran influencia para toda la poesía moderna es Walt Whitman, quien hizo de la enumeración una de las características más notables de su estilo:

 

 

Una hoja de hierba

Creo que una hoja de hierba, no es menos
que el día de trabajo de las estrellas,
y que una hormiga es perfecta,
y un grano de arena,
y el huevo del régulo,
son igualmente perfectos,
y que la rana es una obra maestra,
digna de los señalados,
y que la zarzamora podría adornar,
los salones del paraíso,
y que la articulación más pequeña de mi mano,
avergüenza a las máquinas,
y que la vaca que pasta, con su cabeza gacha,
supera todas las estatuas,
y que un ratón es milagro suficiente,
como para hacer dudar,
a seis trillones de infieles.

Descubro que en mí,
se incorporaron, el gneiss y el carbón,
el musgo de largos filamentos, frutas, granos y raíces.
Que estoy estucado totalmente
con los cuadrúpedos y los pájaros,
que hubo motivos para lo que he dejado allá lejos
y que puedo hacerlo volver atrás,
y hacia mí, cuando quiera.

POEMA COMPLETO





Quien recibe su influencia entre muchos es Pablo Neruda:

 

ODA A LOS NÚMEROS

Pablo Neruda

Qué sed
de saber cuánto!
Qué hambre
de saber
cuántas
estrellas tiene el cielo!

Nos pasamos
la infancia
contando piedras, plantas,
dedos, arenas, dientes,
la juventud contando
pétalos, cabelleras.
Contamos
los colores, los años,
las vidas y los besos,
en el campo
los bueyes, en el mar
las olas. Los navíos
se hicieron cifras que se fecundaban.
Los números parían.
Las ciudades
eran miles, millones,
el trigo centenares
de unidades que adentro
tenían otros números pequeños,
más pequeños que un grano.
El tiempo se hizo número.
La luz fue numerada
y por más que corrió con el sonido
fue su velocidad un 37.
Nos rodearon los números.

NERUDA COMPLETO

 

como vemos en la llamada enumeración caótica se mezclan planos diversos: objetos, acciones, conceptos, sentimientos

 

por otra parte, la enumeración puede ser buscada o surgir espontáneamente, puede ser todo el texto o un fragmento

 

un poema puede ser una simple enumeración libre o enmarcarse en algo, como en el ejemplo de María Elena Walsh en el que elije poner todo en una cajita de fósforos:

 

EN UNA CAJITA DE FÓSFOROS

En una cajita de fósforos
se pueden guardar muchas cosas.

Un rayo de sol, por ejemplo.
(Pero hay que encerrarlo muy rápido,
si no, se lo come la sombra).
Un poco de copo de nieve,
quizá una moneda de luna,
botones del traje del viento,
y mucho, muchísimo más.

Les voy a contar un secreto:
En una cajita de fósforos
yo tengo guardada una lágrima,
y nadie, por suerte la ve.
Es claro que ya no me sirve.
Es cierto que está muy gastada.

Lo sé, pero qué voy a hacer,
tirarla me da mucha lástima.
Tal vez las personas mayores
no entiendan jamás de tesoros.
«Basura», dirán, «cachivaches,
no sé por qué juntan todo esto».
No importa, que ustedes y yo
igual seguiremos guardando
palitos, pelusas, botones,
tachuelas, virutas de lápiz,
carozos, tapitas, papeles,
piolín, carreteles, trapitos,
hilachas, cascotes y bichos.

En una cajita de fósforos
se pueden guardar muchas cosas.
Las cosas no tienen mamá.

 

 le sumo uno de mis poemas favorito de toda la poesía:

Existir

de Horacio Ferrer

Nombre y apellido y documento,
cuerpo y alma y nacimiento,
cara y número de impuestos, y existir.

Ir cargando el fardo de uno mismo
con errores y caprichos,
dudas, miedo, angustia, instintos, y existir.

Correr como un ciempiés alucinado
por la fila de zapatos
que gastaron nuestros pasos, y existir.

Sentir que hay hechos, rostros y paisajes,
rumbos, tiempos y verdades
que jamás, jamás veremos, y existir.

Asombro de existir al diez por ciento
y existir así, de pie.

Ir entre inocentes y culpables,
y una vez pagar sin culpa
y otra vez ser uno injusto, y existir.

Y por fin, saber que todo es casi,
casi nuestro y casi ajeno,
casi cierto y casi sueño, y existir.

Tratar desesperados
de encontrarnos, y existir.
Cómo puedo, Dios, salir de mí?
Ansia que en la reja
de mi huella digital
se rompió los huesos cada vez.

Es fatal ser uno y los demás.
Lleno de problemas cada cual.
Frente a su conciencia hasta el final.
Solo en la guarida de su piel.

Preso de tu edad,
crecés para entender
que no podés volver atrás.

Dar y recibir, reír, quejarse,
construir, desmoronarse
y empezar de nuevo gracias a existir.

Polvo de un planeta y un momento,
sospecharse los misterios
de otros mundos y otras formas de existir.

Sentir que de repente en la tormenta
te cortaron las dos piernas
y seguiste andando a fuerza de existir.

Saber que un ser anónimo, en la esquina,
puede ser el que decida
nuestra vida en la aventura de existir.

Perplejo de existir como si fueras
inmortal, y ver que no.

Ver por el relato del espejo
que por dentro del pellejo
nos está esperando un viejo al existir.

Y existir de veras palpitando
qué empujón de primavera
que es estar enamorado al existir.

Por existir,
revancha de mi soledad,
te amo y, por amor, no ves
que existo porque me querés?

Te amo y luego existo yo.
Tocándote para existir,
queriéndote, deseándote,
besándote, salvándome con vos.

Así, por existir, verás
la tierra que me cubra al fin
un síntoma de flor dará,
qué bien me arrancarás de mí!

Y así, por existir aún más,
nacidos para ser y amar,
amémonos con emoción, con obsesión
de humanidad, mi amor.

Por existir,
qué diablos, es por existir,
amamos la existencia en Dios,
amándonos en libertad.

Por existir, en libertad.







Como decíamos el año pasado enumerar –y a esa consigna nos arrojaremos alegremente- puede ser casi una sencilla lista de cosas, las relaciones entre cada parte pueden ser conscientes o aparecer espontáneamente. Es una de las tantas experiencias y ejercicios en los que surge en nuestro escribir lo inesperado.

 















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