capítulo 17- vidas reales

 

 


 

cómo se escribe una vida

acaso una gran completa biografía sobre poblada de datos e información

acaso una breve crónica que capta todo en su belleza

tal vez con retazos, con una collage

o se narra como un cuento, como el guión de una obra de teatro o una película

o una serie desordenada de fotografías

 

qué es una vida

qué se puede contar de una vida

la historia propia, la de otro

la conocida, la desconocida

un cierto cinismo nos podría susurrar un –qué podría tener de interesante nuestra vida para contarla…

una de las respuestas positivas es el antiguo oficio de contar historias y cualquier vida da lugar a a contar una historia, a inventarnos a armar esa especie de relato con lo vivído que al ponerse en palabras de todos modos se vuelve artificio

siempre es de alguna manera ficción

una vida se cuenta como una biografía –y/o autobiografía- de manera lienal, cronológica, histórica

o en relación a aspecto o ejes en los que se centra el relato

mi vida como mecánico de autos, una vida con celiaquía, cómo superé una tragedia familiar o una enfermedad

una vida contada en relación a una ciudad, o a la política, o al arte

hay en ese gran texto inabarcable que es lo vivido recortes, rumbos, bordes

y también como ya hablaremos estilos y modos de decir

para tomar un ejemplo, Pablo Neruda en sus memorias comienza a narrar su infancia hablando de la lluvia:

2. Infancia y poesía

Confieso que he vivido www.librosmaravillosos.com Pablo Neruda

Colaboración de Sergio Barros 6 Preparado por Patricio Barros

Comenzaré por decir, sobre los días y años de mi infancia, que mi único personaje

inolvidable fue la lluvia. La gran lluvia austral que cae como una catarata del Polo,

desde los cielos del Cabo de Hornos hasta la frontera. En esta frontera, o Far West

de mi patria, nací a la vida, a la tierra, a la poesía y a la lluvia.

Por mucho que he caminado me parece que se ha perdido ese arte de llover que se

ejercía como un poder terrible y sutil en mi Araucanía natal. Llovía meses enteros,

años enteros. La lluvia caía en hilos como largas agujas de vidrio que se rompían en

los techos, o llegaban en olas transparentes contra las ventanas, y cada casa era

una nave que difícilmente llegaba a puerto en aquel océano de invierno.

Esta lluvia fría del sur de América no tiene las rachas impulsivas de la lluvia caliente

que cae como un látigo y pasa dejando el cielo azul. Por el contrario, a lluvia austral

tiene paciencia y continúa, sin término, cayendo desde el cielo gris.

 

NERUDA COMPL 

 

 

y María Elena Walsh que mientras cuenta reflexiona sobre su contar:

A la autora de este libro los chicos suelen pedirle su biografía, a propósito de algún fragmento leído en clase o sencillamente por curiosidad.

Es natural que quieran saber cómo son, cómo viven, qué piensan quienes escriben para ellos.

La autora procurará entonces retratarse, de manera que su vida se asemeje más a un cuento que a un catálogo.

Al fin y al cabo, toda vida, por opaca que parezca, es un cuento maravilloso.

¡No se pongan a memorizar unas “memorias” tan largas, en caso de que la maestra les pida los datos biográficos!

Recuerden lo que quieran, olviden lo que puedan, e inventen lo que falte. Porque la vida de un escritor es siempre incompleta: la completan sus lectores, si tiene la suerte e conquistarlos.



Nací en 1930, año de revolución, y en el Partido de Matanzas. No obstante, soy una convencida pacifista, y no me vengan con el cuento de que el mundo —que sí debe cambiar— progresará a fuerza de tiros, bombas, prepotencia y mendacidad.

Junto a mi casa pasaba el arroyo Maldonado. Es decir, ya no pasaba sino que se había muerto. Era un estanque hediondo, vaciadero de desperdicios de las nacientes fábricas textiles. Las industrias significan progreso, pero ¡ay de lo que da riqueza por un lado y envenena a la gente por el otro, dicho sea a propósito de cualquier empresa humana!

Mis padres y mi abuelo materno eran argentinos. Mis otros abuelos: andaluza, inglesa e irlandés republicano.

Mi papá era contador, funcionario del Ferrocarril, por entonces una empresa británica. Era además músico autodidacta: tocaba el piano, el mandolín y el violonchelo. Le gustaba leer, viajar, hacer carpintería y hasta coser. Le interesaba muy poco el dinero o las apariencias.

Mi mamá era mamá, nada más y nada menos. Como tantas mamás fue una artista para los dulces, la costura, el cuidado de las plantas y la administración del hogar. Tampoco le interesaban ostentaciones ni posesiones sino el bienestar de los suyos, entre ellos los hijos que mi papá había tenido de su primer matrimonio: cinco nada menos…, ¡un batallón! Y luego sus propias hijas, Susana y yo que “le sacaba canas verdes”, según decía a veces.

 


Mis hermanos eran mucho mayores para compañeros de juegos, pero solían prestarse como clientes de algunos entretenimientos. Por ejemplo, se dejaban empapar y enrular el pelo para jugar a la peluquería. Pero solían desquitarse disfrazándose de fantasmas para asustarme en la oscuridad. O regalarme grandes paquetes que, una vez desatados infinidad de hilos y papeles, no contenían sino un minúsculo chocolatín o tres bolitas.

Me crié dentro de lo que se llama clase media, es decir, ni rica ni pobre. Mi casa era muy grande, con jardín, patios, árboles frutales, gallinero, perro, gato, canarios, tortuga, bicicletas, libros y piano. ¿Qué más se puede pedir?

 

EL CUENTO DE LA AUTORA 

 

 

Paul Auster:

 

Durante una colaboración con el programa de radio Weekend All Things Considered de la Radio Nacional Pública (NPR [1]). Paul Auster invitó a sus oyentes a enviar sus mejores relatos para ser leídas en al aire, en repuesta recibió más de 4,000 historias,180 de los cuales conforman este libro. Las historias están divididas por temas, tales como animales, familia, guerra, amor, sueños. La variedad de sus narradores hace que este libro sea un relato de la vida americana en sus vivencias más bizarras y especiales.

En 1999, durante una entrevista con motivo de la publicación de su última novela, la emisora propuso a Auster escribir relatos breves y leerlos en onda un día por semana. El escritor, sabiendo que tal cosa no tenía espacio en su agenda creativa, contestó cortésmente que lo pensaría. Pero días después propuso a la emisora algo más compatible con su propio ritmo de trabajo: que fueran los propios oyentes quienes escribieran y le enviaran sus propios relatos. Auster se comprometía a leerlos todos y seleccionar los mejores para la emisión semanal. Las historias debían ser reales y breves, sin restricciones de tema ni estilo. Lo importante era que revelaran «las fuerzas desconocidas y misteriosas que intervienen en nuestras vidas, en nuestras historias familiares, en nuestros cuerpos y mentes, en nuestras almas». Por más que Auster se ahorrara con ello el compromiso de escribir él mismo un relato semanal, su agenda se resintió igualmente, porque el proyecto se le fue algo de las manos: en un año le fueron enviadas cuatro mil historias

Músicos, sacerdotes, granjeros, amas de casa, médicos, forenses, veteranos de guerra, mendigos sin hogar y hasta un recluso de una prisión federal. Auster sí es el autor del prólogo, en el que narra la historia del proyecto y su enorme satisfacción por el inesperado resultado, que demuestra que «todos sentimos que tenemos una vida interior; todos ardemos en las llamas de nuestra propia existencia». 

 

el prólogo:

Todos nosotros sentimos que tenemos una vida interior. Todos sentimos que formamos parte del mundo y que, sin embargo, vivimos exiliados en él. Todos ardemos en las llamas de nuestra propia existencia. Necesitamos palabras para expresar lo que hay dentro de nosotros, y los colaboradores me han dado una y otra vez las gracias por haberles brindado la oportunidad de contar sus historias, por «permitir que se escuche a la gente». Y lo que han llegado a escribir es, en casi todos los casos, sorprendente. Más que nunca, he percibido cuán profunda y apasionadamente vivimos en nuestro interior la mayoría de las personas. Nuestros apegos son feroces. Nuestros amores nos desbordan, nos definen, desdibujan los límites entre nosotros y los demás. Aproximadamente un tercio de los relatos que he leído hablan de la familia: padres e hijos, hijos y padres, maridos y mujeres, hermanos y hermanas, abuelos. Para la mayoría de nosotros, ésas son las personas que

llenan nuestro mundo, e historia tras historia, ya sean trágicas, ya sean cómicas, me ha impresionado la claridad y la convicción con que se expresan esas conexiones

Los títulos de los distintos apartados hablan por sí mismos, aunque —excepto el del cuarto, «Disparates», que está compuesto en su totalidad de historias cómicas— el material es muy
variado en cada una de las categorías. La gama de los contenidos va desde la farsa a la tragedia, y por cada acto de crueldad y violencia que pueda encontrarse en ellos hay siempre un
contrapunto de amabilidad, generosidad o amor. Las historias avanzan y retroceden, suben y  bajan, entran y salen, y al cabo de un rato la cabeza empieza a darte vueltas. Al pasar la
página se pasa, también, de un colaborador a otro. Y uno se encuentra con una persona totalmente diferente, una serie de circunstancias totalmente diferentes y una visión del mundo
totalmente diferente. Pero la diferencia es justamente el tema de este libro. En él se encuentran estilos elegantes y sofisticados y otros que son burdos y torpes. Sólo una pequeña parte de él se
asemeja a algo que podríamos calificar de «literatura». Porque este libro es otra cosa: es algo puro y descarnado al mismo tiempo, y aunque sus autores carezcan de técnica, la mayoría de sus
relatos son inolvidables. Me es difícil imaginar que alguien pueda leer este libro de cabo a rabo sin derramar una sola lágrima ni soltar una sonora carcajada.
Si tuviese que definir estos relatos, los llamaría crónicas desde el frente de la experiencia personal

///

 

 

y volviendo a la biografía

 

cómo sería contar la vida de alguien desde que nace hasta que muere

o la vida propia desde el nacer hasta hoy?

no se puede escribir todo, eso sería un delirio borgiano, un libro casi infinito en su cantidad de páginas

pensemos que el Ulises, novela de James Joyce cuenta solo un día desde la mañana hasta la noche de un personaje y en la edición que tengo a mano tiene unas 700 páginas

elegimos fragmentos, momentos, una especie de recorrido de etapas que por alguna razón –consciente o inconsciente- consideramos importantes o cruciales

momentos traumáticos, viajes y mudanzas, amores, anécdotas que dejan huella feliz o traumas

En la historia de la literatura tenemos grandes y hermosas obras de un género que se llama novela de iniciación o aprendizaje:

La novela de aprendizaje o novela de formación o novela educativa es un género literario que retrata la transición de la niñez a la vida adulta. El término alemán original, Bildungsroman (pronunciación: [ˈbɪldʊŋs.roˌmaːn]) significa literalmente 'novela de formación' o 'novela de educación' y fue acuñado por el filólogo Johann Karl Simon Morgenstern en 1819.

 

lindos ejemplos que recuerdos son La educación sentimental de G. Falubert

nombran también el Pinocho original de Collodi –una extensa y tortuosa novela de la que cocnocemos una adaptación muy acotada

pienso de Oliver Twist, de Charlens Dickens, La montaña mágica de Thomas Mann y tantos otros

en Argentina: El juguete rabioso, de Roberto Arlt, Adán Buenosaires de Marechal y Las Ratas de José Bianco entre otras

 

en la clasificación (como todas arbitraria) se incluyen estos interesantes detalles:

La temática de esta novela es la evolución y el desarrollo físico, moral, psicológico y social de un personaje, generalmente desde su infancia hasta la madurez. En esta evolución se suelen diferenciar tres etapas: la primera es el aprendizaje de juventud (Jugendlehre), la segunda son los años de peregrinación (Wanderjahre) y por último el perfeccionamiento (Läuterung).

es cierto que no se habla necesariamente de una vida entera sino de un recorrido de aprendizaje, aunque podemos pensar que toda vida en algún punto lo es

una referencia  Bajtin nos da una pista acerca de los momentos elegidos para contar:

 

Bajtin dice que hay distintos tipos de novelas de aprendizaje.
En uno de ellos el mundo y la experiencia son la escuela de los personajes. Puede darse el caso de que lo que impulse el aprendizaje sea la participación del protagonista en una situación que se plantea en un momento bisagra del mundo, es decir en un momento en el que se produce una situación a nivel mundial que impacta en la vida de las personas generando un importante cambio. Como ejemplos de momento bisagra podemos mencionar una guerra mundial, una pandemia o el descubrimiento de un nuevo mundo. A partir de dicho cambio se produce un aprendizaje en el personaje que hace que éste crezca y que su vida se desarrolle de manera diferente.

 

por otro lado contar una vida puede ser de aprendizaje cuando se escribe a conciencia “para dejar una enseñanza” como es el caso de las personas que cuentan por ejemplo cómo atravesaron una grave enfermedad, un cáncer, una adicción

 

algunas características tomadas de por ahí:

La biografía cuenta con características especiales que la diferencian de los demás textos narrativos. A continuación te presentamos algunas de ellas:

  • es un tipo de texto enmarcado dentro del género literario histórico;
  • sus orígenes se remontan a la Edad Antigua, sin embargo, existe tal y como la conocemos desde la Edad Moderna;
  • es elaborada por una tercera persona, quien investigará con objetividad y rigurosidad los aspectos más trascendentales de la vida del biografiado según la historia que quiera contar;
  • narra hechos reales enmarcados en un contexto histórico, por lo que no hay lugar a rumores o información no verificada;
  • es diferente a una autobiografía, pues esta cuenta la historia de una vida directamente desde la perspectiva del protagonista;
  • sigue un hilo narrativo cronológico, es decir, cuenta con una introducción (quien es el biografiado y cuáles son sus principales aportes), un desarrollo (cuáles son las dificultades que tuvo que atravesar para conseguir el éxito) y una conclusión (cuál es su legado o qué lección se puede extraer de su vida);
  • describe al personaje hasta dar con rasgos esenciales de su personalidad;
  • destaca lugares, fechas y personajes que guardan relación con el protagonista;
  • puede tomar un formato escrito (libros o artículos) o gráfico-visual (exposiciones fotográficas, documentales o películas).

contar una vida, nuestra o ajena, de alguien real o inventado  -o mezcla- puede tener varios sentidos:

 

-re leer lo vivido en el escribirlo, volver a verse en el relato, interpretarse desde otro lugar

 

-reconstruir fotografías, paisajes amados, momentos que quisiéramos revivir (pienso en En busca del tiempo perdido de Marcel Proust como un titánico intento de revivir momentos)

 

[Es justo decir que En Busca del Tiempo Perdido es una novela autobiográfica de un escritor prácticamente novel. Para comprenderla en toda su profundidad es necesario haberse informado sobre la vida del propio Proust: su infancia, sus amigos, sus estudios, su vida de dandy en ambientes mundanos, su familia... . Prácticamente todos, si no todos, los personajes que aparecen en ella son transposiciones literarias reinventadas de personajes reales conocidos por Proust: desde Swan hasta el propio narrador, alter-ego de Proust, lo cual le granjeó la enemistad de algunos amigos de la alta sociedad.]

 

-homenajear personas que nos parecen importantes, mantener su memoria, salvarlos un poco del olvido

 

-además, por qué no, alimentar esa curiosidad –con un algo de chusmerío- de mirar por una ventana, o dejarnos ver, elaborar esa exposición ante otras miradas de las vivencias

 

-componer un sueño, si con Calderón decimo que la vida es sueño

 

-remarcar causas humanas, políticas, espirituales, artísticas etc.

 

-re visitar los sentidos –narrar un aroma de la adolescencia

 

 

 

por último una escritora, Lidia Luna, deja estas hermosas palabras y consejos de escritura:

 

«Quiero contar mi propia historia, ¿por dónde empiezo?»

 

Pasé mi infancia entre carretes de hilo y madejas de lana; supongo que, por ese motivo, recurro siempre a imágenes que tienen que ver con la costura para explicar cómo entiendo la escritura. Seguir el hilo hasta encontrar el comienzo de la bovina para que mi abuela pudiera remendarme los agujeros de los pantalones a la altura de las rodillas, después de una caída; acompañar a mi bisabuela a la tienda de lanas (me hipnotizaban los colores) y comprar lana al peso. Al llegar a casa, sostener la madeja entre los brazos para transformarla en un ovillo.

 

Esa pregunta inicial contiene un deseo, que es el motor para escribir. Necesitamos, entonces, seguir el hilo para ver dónde empieza . A veces es muy evidente; otras, nos llevará un poco más de tiempo. No importa porque, en ese camino, también aprenderemos. Se abrirán nuevos senderos. No tengas miedo a comenzar tantas veces como sea necesario; a medida que vayas avanzando, podrás volver atrás y decidir cuáles serán las primeras líneas de tu narración.

 

EMPEZAR A ESCRIBIR 

 

 

dice en un ensayo Vargas Llosa:

En efecto, las novelas mienten —no pueden hacer otra cosa— pero ésa es sólo una parte de la historia. La otra es que, mintiendo, expresan una curiosa verdad, que sólo puede expresarse disimulada y encubierta, disfrazada de lo que no es. Dicho así, esto tiene el semblante de un galimatías. Pero, en realidad, se trata de algo muy sencillo. Los hombres no están contentos con su suerte y casi todos —ricos o pobres, geniales o mediocres, célebres u oscuros— quisieran una vida distinta de la que viven. Para aplacar —tramposamente— ese apetito nacieron las ficciones. Ellas se escriben y se leen para que los seres humanos tengan las vidas que no se resignan a no tener. En el embrión de toda novela bulle una inconformidad, late un deseo.

 

considerar que podemos disfrutar también escribiendo vidas de que toda escritura es un poco un “arte de mentir”

 

pero somos unas cuantas personas reunidas ante esa fogata, siempre hay un motivo para escribir los vivido:

IN MEMORIAM (Cristina Peri Rossi)

Escríbelo

para que no perezca.

Escríbelo

contra el olvido.

Escríbelo

para retenerlo.

Fíjalo en palabras

runas del deseo

abecedario del amor

palíndromo de ama

ama la ama.

Y una vez escrito

una vez fijado en tinta

en papel

en caligrafía

en cuartillas

una vez clavado

retenido

encerrado en palabras

léelo.

Comprenderás entonces

que todo ha sido inútil:

la vida se nos escapó

entre las caricias

y los besos

como se nos escapó en palabras.

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