capítulo 8 - cartas, postales y la nueva comunicación
ya se dijo en otros encuentros y reflexiones que toda escritura es un diálogo, más directo o más indirecto, muchas veces un diálogo no sabemos con quién
la historia de la escritura universal tuvo a las cartas, literatura epistolar, postales
pensadores, filósofos, científicos, teólogos, artistas que expresaron sus ideas mediante cartas
como en las cartas del nuevo testamento
cartas sobre política
cartas de amor
cartas colectivas y abiertas
además de las fatales cartas perdidas
las tecnologías las fueron alejando de nuestra realidad cotidiana con la llegada de internet, las redes y chat espontáneas, la inmediatez de la llegada y respuesta
pero retrocediendo un poco
La epistolografía (del griego ἐπιστολή, «carta» y γραφία, «escritura») es una actividad literaria que consiste en escribir cartas. Generalmente, se consideran de interés general, y por tanto publicables, las cartas que el propio autor juzga apropiado publicar o que, sin cumplir esa condición, sirven sin embargo para conocer mejor la biografía y la obra de algún artista o algún acontecimiento o período histórico
Por su temática y su uso del 'yo', la epístola se encuadra dentro de la escritura subjetiva, junto con la autobiografía, las confesiones, el diario, las memorias y el monólogo
La historia de la epistolografía comienza en la antigua Mesopotamia y Egipto. Para entender las cartas que se conservan de esta época hay que tener en cuenta que la escritura es entonces una técnica especializada al alcance de muy pocas personas. De ahí que se trate, sobre todo, de correspondencia oficial o mercantil. En Egipto, tienen especial importancia las cartas de Amarna, que recogen la correspondencia diplomática de los faraones Amenofis III y Akenatón y arrojan luz sobre las relaciones del Egipto de la época con las naciones vecinas.13
La epistolografía goza de gran consideración como género literario en el mundo grecolatino.14 Se concibe la carta como una "conversación por escrito", de estilo austero y claro.15
La composición de epístolas apócrifas y ficticias es uno de los ejercicios favoritos de rétores y sofistas.16 Así, el sofista griego Alcifrón debe su fama a sus cartas ficticias (ordenadas en cuatro series: cartas de pescadores, de labradores, de parásitos y de cortesanas). Uno de los desarrollos más interesantes del género es la epístola en verso, cultivada por Horacio y otros poetas. En sus Heroidas, Ovidio ofrece 21 cartas de amor, puestas en boca de personajes femeninos célebres, como Safo, Penélope y Dido. Las cartas de Cicerón, sin ser la parte más importante de su obra, se consideran un testimonio de gran valor sobre la vida del autor y la cultura y manejos políticos de la Roma de su época. Destacan también las cartas del filósofo Séneca, de Plinio el Joven, de Marco Cornelio Frontón, de Quinto Aurelio Símaco y de los sofistas Luciano, Claudio Eliano y Filóstrato de Atenas.
La epistolografía sigue viva en el romanticismo, con creaciones como Cartas desde mi celda y Cartas literarias a una mujer, del poeta español Gustavo Adolfo Bécquer. Se publican también en este período novelas epistolares célebres, como Las cuitas del joven Werther de Goethe, Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary Shelley y Drácula de Bram Stoker.
Los autores realistas recurren también a la novela epistolar, que les permite ahondar en la psicología de los personajes. Un ejemplo notable es la primera parte de Pepita Jiménez, de Juan Valera.
En las cartas de Van Gogh se encuentra el juicio del pintor sobre la pintura, sobre el papel del artista en el mundo moderno, sobre los cuadros que estudia y sobre sus dificultades e intenciones. Su epistolario supone una fuente histórico-artística privilegiada para el conocimiento de su obra y biografía.
Un fragmento de carta de Van Gogh del libro publicado como "Últimas cartas desde la locura"
Mi querido Théo:
En fin, te envío un pequeño croquis para darte
una idea aproximada del giro que toma el trabajo.
Porque hoy me he vuelto a poner a la tarea. Tengo
los ojos fatigados todavía; pero en fin, tenía una
idea en la cabeza y éste es el croquis. Siempre tela de
30. Esta vez es simplemente mi dormitorio; sólo
que el color debe predominar aquí, dando con su
simplificación un estilo más grande a las cosas para
llegar a sugerir el reposo o el sueño en general. En
fin, con la vista del cuadro debe descansar la cabeza
o más bien la imaginación.
Las paredes son de un violeta pálido. El suelo es
a cuadros rojos.
La madera del lecho y las sillas son de un
amarillo de mantequilla fresca; la sábana y las
almohadas, limón verde muy claro.
La colcha, rojo escarlata. La ventana, verde.
El lavabo, anaranjado; la cubeta, azul.
Las puertas, lilas.
Y eso es todo -nada más en ese cuarto con los
postigos cerrados.
Lo cuadrado de los muebles debe insistir en la
expresión del reposo inquebrantable.
Los retratos en la pared, un espejo, una botella y
algunos vestidos.
El marco -como no hay blanco en el cuadro -
será blanco.
Esto, para tomarme el desquite del reposo
forzado1 a que me he visto obligado.
Trabajaré aún todo el día de mañana; pero ya
ves qué simple es la concepción. Las sombras y las
sombras proyectadas están suprimidas; ha sido
coloreado con tintes planos y francos como los
crespones. Esto va a contrastar con, por ejemplo,
La diligencia de Tarascón y el Café nocturno.
1 Vincent tenía la vista muy cansada debido a una serie de croquis que
Había tomado de la diligencia de Tarascón.
No te escribo más porque voy a comenzar
mañana muy temprano, con la fresca luz del
amanecer, para acabar mi tela.
No te olvides de darme noticias de cómo van
los colores.
Espero que me escribirás uno de estos días.
La próxima vez te haré un croquis de otras
piezas.
Un apretón de mano
otras cartas son conservadas en archivos históricos como en nuestra Biblioteca Nacional
CARTAS DE LA DICTADURA:
en un mundo tan ajeno a miles de fotos de whatsapp, flyers y cartelitos la tarjeta postal era una comunicación espontánea muchas veces casi literaria
tomando de por ahí:
Las tarjetas postales como fuente de inspiración literaria
Además de su función como medio de comunicación, las tarjetas postales desempeñaron un papel significativo en la inspiración y la creatividad literaria de los escritores. Al recibir tarjetas postales de diferentes lugares del mundo, los escritores se veían expuestos a nuevas imágenes, paisajes y culturas que podían influir directamente en su obra literaria.
Las tarjetas postales se convirtieron en ventanas a mundos desconocidos, proporcionando a los escritores inspiración visual y emocional para sus creaciones. Las descripciones de paisajes exóticos, monumentos históricos y experiencias de viaje plasmadas en las tarjetas postales despertaban la imaginación de los escritores, alimentando su creatividad y enriqueciendo sus narrativas con detalles y vivencias auténticas.
Además, la recepción de tarjetas postales de otros escritores o intelectuales también podía desencadenar conexiones inesperadas y colaboraciones literarias, generando un flujo constante de ideas entre mentes afines.
Escritores icónicos y sus famosas correspondencias postales
Las tarjetas postales de escritores famosos son verdaderas joyas que permiten adentrarnos en la vida cotidiana y la intimidad de figuras literarias icónicas. Estas postales, más allá de su función de comunicación, se convierten en piezas de colección que revelan detalles fascinantes sobre la personalidad y el entorno de estos autores.
Algunas de estas tarjetas postales presentan diseños exclusivos, con ilustraciones o fotografías seleccionadas personalmente por el autor. Estas imágenes pueden reflejar lugares significativos para el escritor, momentos especiales o simplemente capturar la esencia de su obra. La estética de estas postales literarias es, en sí misma, un reflejo de la sensibilidad artística del autor, convirtiéndolas en objetos de deseo para coleccionistas y aficionados a la literatura.
Además, es común encontrar mensajes manuscritos en estas postales, que pueden ir desde breves saludos hasta reflexiones más profundas. La escritura y la firma del autor en la postal añaden un valor emocional y testimonial, convirtiendo a estas piezas en auténticos tesoros literarios
*Texto de una postal enviada por Julio Cortázar:
Enviada por Julio Cortázar a un amigo suyo.
Manuscrita en el Anverso con un dibujo de una flecha descendente y la frase:
“Por ahí abajo está mi ranchito”
Manuscrita en el reverso con un dibujo de una de las patas de su gato Teodoro W. Adorno, su firma y el siguiente texto:
“Sí, gracias, mande la cinta de Galván. Mi grabadora anda a 9 1/2 y 19
(creo, cómo está en Paris no sé bien, pero son standard speeds). Su postal
llegó ilegible de la mitad para abajo, alguien se secó las manos con ella. Aquí
va una vista de mi pueblito del sur de Francia. No se atreva a decir que no es
bonito. Abrazo,
Cortázar
Te mando esto bajo sobre porque estoy escarmentado. Axioma: Todos los carteros son coleccionistas. Dígale a Grinberg que va un abrazo. Y otro para Galván, claro.
➡️ Huella de mi gato Teodoro que colabora en todas mis obras.
➡️ La parte grisácea debe ser sopa.”
Hay como vemos otra vivencia del tiempo, una poética que le lanza más allá de lo espontáneo y que por eso mismo da aire también a contar historias
en la nueva escritura ya veremos cómo se puede –o no- contar historias o hacer poesía con la conversación vertiginosa de los chats y las redes, los videos, los audios y en algunos casos aún el mail
el espero tu respuesta a veces desesperado a veces pleno de ternura de una carta de otros tiempos hoy es casi una amenaza
siempre vamos a poder seguir jugando a las cartas, sabiendo que todo lo que escribimos es de alguna manera una carta al viento o una botella al mar
para terminar con algo de humor, un breve cuento de Luis Pescetti:
Correspondencia
(Del
libro El pulpo está crudo)
Querida sobrina:
Espero que al recibir ésta te encuentres bien. Yo estoy ma-ra-vi-llo-sa.
Siempre me acuerdo tanto de todos ustedes, y el otro día me dije: ‘‘¡Ay! Qué
vergüenza, qué abandonada que la tengo a esta chica’’. Así que me decidí y me
voy a pasar un mes con ustedes.
Tu Tía.
Querida tía:
¡Qué alegría recibir su carta! Realmente no esperábamos que se acordara de
nosotros; pero, ¡qué pena! Mi casa es muy chica y no podría ofrecerle las
comodidades que quisiera. No sabe cuánto lo lamento, pero seguro que no va a
faltar oportunidad. Un beso grande de su sobrina que tanto la quiere.
Su sobrina.
Querida sobrina:
¡Mi amor! Criatura, ¿por qué te ponés en esas molestias? Me escribís como si te
fuera a visitar un presidente. No te preocupes por mí, yo en cualquier
lugarcito me arreglo. Me pueden dar la cama matrimonial y ustedes se acomodan
por ahí, que son jóvenes, no como una. Estuve pensando que me puedo quedar más
de un mes.
Tu tía.
Querida tía:
¡Qué suerte que se puede quedar más de un mes! Cuando se lo conté a mi marido
se puso loco de contento; pero enseguida nos amragamos porque nos dimos cuenta
de que en la fecha en que usted puede venir nosotros no estamos. ¡No sabe
cuánto lo sentimos! Pero seguro que no va a faltar oportunidad para que venga a
pasar dos o tres días.
Su sobrina.
Querida sobrina:
¡Qué cabecitas de novios que tienen ustedes dos! Si todavía no te había dicho
la fecha, mi amor. No se hagan tanto problema. Yo voy a llegar el 12 de mayo y
ya saqué regreso para el 10 de julio. Tuve mucha suerte porque casi no consigo.
Tu tía.
Querida tía:
La verdad, qué suerte que tuvo en conseguir los pasajes. Pero mire, con Carlos
estábamos comentando lo que son las cosas ¡Ni que hubiéramos sabido! Ésa es la
fecha justa que le decía que no íbamos a estar. Yo me puse muy mal, pero Carlos
me dice que no me preocupe que seguro no va a faltar oportunidad para que venga
un día.
Su sobrina que tanto la adora.
Querida sobrina:
¡Ay, mi amor, pero no importa! Si total yo puedo correr las fechas, total con
estos pasajes no hay problema; además con las ganas que tengo de conocer a tus
últimos tres nenes que todavía no los conozco. Son unos vagos, ustedes, la
última vez que me invitaron fue para cuando nació Fabiancito, ¿te acordás?
Mandáme a decir las fechas nomás.
Tu tía.
Querida tía:
Sí, me acuerdo que usted estuvo para cuando nació Fabián, porque cuando vino a
visitarnos yo todavía no estaba embarazada. En cuanto a su viaje, parece cosa
del destino, a Carlos en el trabajo lo trasladan a un lugar lejísimo que
todavía no sabemos. Nos van a decir cuál es recién cuando lleguemos. ¡Es una
pena! Pero igual no se preocupe porque ni bien nos instalemos le escribo
mandándole nuestra nueva dirección así se pasa a tomar un rico té alguna tarde.
Seguro que no va a faltar la oportunidad.
Su sobrina.
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